Los pisos de piedra natural, como el mármol, el granito o el terrazo son objetivo de muchas agresiones durante su vida trayendo consigo una pérdida del brillo natural en su superficie. Intentar recuperar este brillo perdido, suele ser difícil. Las manchas se pueden limpiar, pero las agresiones deben repararse. El trabajo de reparación necesario suele variar dependiendo las condiciones del piso. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para identificar el tipo de reparacion requerido:

El pulido nos permitirá borrar literalmente cualquier rastro de daño que haya sufrido nuestro suelo por agresiones o golpes en la superficie. Es necesario considerar que el pulido eliminará también el brillo del pavimento. Por lo que después de pulir deberemos cristalizar.

El cristalizado (también conocido como abrillantado) nos permitirá recuperar el brillo natural de nuestro piso al mismo tiempo que crea superficialmente una protección de mayor dureza contra agresiones físicas.

Otros pisos, por su naturaleza no pueden pulirse o cristalizarse, como es el caso del porcelanato. En este caso lo mejor opción es realizar una limpieza profunda haciendo uso de cepillos giratorios eléctricos en combinación con productos químicos apropiados para remover las manchas y suciedad que descansan en la superficie o juntas de los pisos. En el caso de pisos de madera su tratamiento es diferente. El proceso de restauración inicia desbastando la madera, lijándole hasta dejarla virgen para posteriormente resanar y aplicar una capa de sellador. Se asienta a mano con lijas finas para eliminar astillas, grumos o exceso de sellador, y por último se aplican dos capas de barniz para un acabado brillante.